21.8.06




Soltar todo
y largarse, qué maravilla.
Atesorando sólo huesos nutrientes,
y lanzarse al camino pisando arcilla,
destino a las estrellas resplandecientes.

Pantalones raídos, zapatos viejos,
sombrero de ventisca, ojo de garra,
escudriñando enigmas en los espejos,
y aprendiendo conciertos de las cigarras.

Con amores fugaces e inolvidables,
con parasiempres grávidos como espuma
y el acero afilado de los probables
colgado vigilante junto a la luna.

Soltar todo y largarse, qué fascinante.
Volver al santo oficio de la veleta
desnudando la vida como un bergante
y soñando que un día serás poeta.



Silvio







2.8.06





...no hay

que confundir


las casualidades

con el destino...