7.5.07


Que me ames con violenta prescindencia del mañana...

Cortázar


Por eso debe ser. Es otra manera de mirarlo. Es intensidad. Los segundos que dura una estrella fugaz o una ola rompiendo o la luz de la tarde.

Porque no importa cuántos días pasen, cuántas noches, cuando confluyen nuestros destinos (destinos?) no importa nada.

Presente.

Aquí, así, ahora.

Afuera nada.

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