Me voy a Tierra del fuego por unos días. Al bosque, al olor a tierra húmeda, a la turba, a las cascadas, al lago Deseado...
Me llevo mi música, mi cámara, mi croquera y mi pluma, a Galeano y algunos cuentos pendientes de un amor lejano, imposible y casi pasado.
Aire, agua... la naturaleza tan al lado, tan inmediata. Y cielos increíblemente estrellados, ruidos de pájaros, de olas, de viento furioso. Y dormir en carpa, tan cerca del suelo... y fogatas, historias extrañas, comer calafates y murtillas...
Y alejarse por un rato de las luces, los autos, la gente, los rastros...

Volver verde y agua y pulmones limpios y heridas más cerradas...