Anoche volví a ver Pi, después de harto tiempo. Cuando la vi la primera vez estuve meses mirando al mundo en todos sus detalles, imaginando códigos, señales, patrones escondidos en las hojas de los árboles o en las gotas de lluvia en los charcos. Y pensaba en las caracolas, y los espirales, la proporción áurea y todas esas cosas que siempre me han dejado una sensación de importantísimo misterio y que jamás voy a entender completamente...
Ahora me pasa lo mismo. Me desperté pensando en Las Causas de Borges, o El Ruido de un trueno de Bradbury y se me mezclan las cosas y lo del aleteo de la mariposa en Tokio... y pienso como siempre en las casualidades, en las decisiones en la vida, en el camino de la izquierda en vez del de la derecha, la Maga y Horacio encontrándose en las calles de París. En la casualidad (o el destino) de que justo anoche, la película, los mismos comentarios, la misma certeza de que todo por un momento calza perfectamente, los cristales del caleidoscopio, el reflejo en el agua calma...
Y la sensación recurrente de que quizás, detrás de todas estas cosas pequeñas confluyendo que de pronto fijan un momento en el tiempo, hay un patrón o una camino ya escrito...
(E inevitablemente Cortázar... que lo dice tan como a mi me gustaría decirlo.)
"Hay esa máquina que llaman casualidad, un invisible juego de engranajes de agua o aire que transmite sus fuerzas por la vía del tiempo o las acumula en labios, en silencios, en tanta cosa como un zarpazo a la espera (...) Ninguno de los dos sabía que ese contacto era a la vez casual y causal, que los engranajes de aire y agua obedecían a esos impulsos que un nivel de la inteligencia separa taxativamente en territorios de ley y territorios de azar, pero que otro nivel intuye como una sola fluencia..."
7 comentarios:
¡Cómo te entiendo! He visto la película un montón de veces y nunca me deja igual. He de veral otra vez.
No imaginas el íntimo escalofrío que me da caer por aqui de carambola y leer esto. Porque por supuesto, de esto mismo estuve hablando toda la noche, esta misma sensación era la que trataba de explicar. Y me la explicas tú, y Cortazar otra vez, y es como saberme de lleno en un gran juego enigmático.
Un saludo sorprendido
Querida D..., yo siempre he creido en los patrones, tanto como también en que luego, afortunadamente, decidimos cual es el que más nos gusta o cambiar uno por otro. No me gustan los caminos ya escritos, prefiero llenarlos a mi paso de garabatos y dibujos bobos, saber que los hago mios y les doy forma con el paso del tiempo, poco a poco. Esa sensación de estreno, es maravillosa.
No se si exista un patrón que podamos hallar en cada cosa por más "mínima" o "máxima" que se halla en este mundo. Pero siento que así es. Una madrugada me senté a ver la televisión y puse un canal sin señal. Me sorprendí muchísimo al quedarr encerrado en espirales que a su vez formaban espirales mas grandesy otras mas grandes que a su vez formaban una gran espiral. El sonido era el caos, y se confndía con los latidos d emi corazón y con todo el ambiente.
El caos es el orden natural en el que fluye el universo. Cuando fluyamos bajo ese mismo orden entones no necesiatremos descubrir un patrón. No necesiatremos alcanzar ninguna meta ni quedarnos en un "yo". Seremos Todo Y Nada a la vez.
quizás fuera posible encontrar , en medio de la noche y de la fiebre , una fórmula exacta que sirva para explicarnos el mundo.
una fórmula simple que sirva para describir el ayer como realmente fué y para predecir el mañana que será.
quizás sea posible.
besos .
Son interesantes los espirales. Tu dibujo es del espiral Aurea de Durero. Hay otros espirales notables, como el se Arquimedes o el Logaritmico.
Supongo ya sabrás que a la proporción aurea, tambien se le llama porporcion divina.
algo tan confuso en tus letra parece despejado... pero todo es espiral...
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